Viernes tarde

 

Segundo relato elegido por el jurado

 Viernes tarde
Por Martina Lovegood 


Estamos en este bar dónde un día nos conocieron los camareros/as y sabían
que nuestro grupo era de 4 con alguna excepción. Miro alrededor y creo que
nos hemos sentado en casi todas las mesas de los dos pisos, sin mucho
esfuerzo podría recordar cada corazón roto, cada drama laboral, cada viaje
planificado, cada frase o palabra que pasó a nuestro vocabulario hasta el día
de hoy. Estas paredes nos han visto licenciarnos, cambiar de trabajo, de
pareja, de Apps para ligar, de champú o de crema de cara porque la piel
cambia, como la vida, cambia con los años.

Aquí hemos celebrado nuestras Navidades, cumpleaños y Sant Jordis. Hemos
comido algo rápido antes o después de ir al teatro. Ese espacio nos ha visto
crecer, evolucionar y convertirnos en las personas que somos en este
momento.

Sus mesas han vivido citas de nuestra época Tinder y unos días más tarde
escucharon nuestra versión de ella contándosela al resto. Se saben las vidas
de nuestras amigas a través de cómo las contamos nosotras al resto. Conocen
la música que suena en nuestro Spotify, los libros que nos apasionan, nuestros
amores platónicos, los famosos que tendríamos como maridos y cuáles cómo
aventuras. Si no teníamos secretos para alguien, era para ese lugar.

Aunque no puedo recordar la primera vez que entramos, sí deben haber
pasado mínimo 10 años porque hasta aquí hemos traído esas personas que
entran en tu vida, cumplen su función (sea cual sea) y salen para seguir otro
camino alejado del nuestro. Esas mesas son también bonitas a pesar de todo.

Hubo una época una que abandonamos nuestras citas aquí porque nunca
llegamos a ser clientas habituales debido al cambio de personal y no nos
sentíamos tan bien tratadas como creíamos (creemos) merecer, pero tras un
año volvimos como se vuelve a los lugares que te completan cruzando la fina
línea entre el odio y la comodidad de quedar en el centro, de comer lo mismo,
de seguir sumando historias y hacer de aquel bar nuestro álbum de recortes de
la vida.

Ahora los temas de los que hablamos pueden parecer diferentes a hace 10
años, pero no dejan de ser los temas que nos afectan a nosotras. Pasamos del
precio de la gasolina, al súper, a las parejas y las no parejas, pero que se
compartan como tal, las vacaciones, los siempre dramas laborales porque hay
cosas que no cambian. Nos paramos en el suelo pélvico, en la nueva década
que se acerca, en las próximas vacaciones, en preguntarnos cómo estamos
nosotras. En algún momento se oye un “Os acordáis cuándo...”. Miramos atrás,
recordamos, reímos y seguimos sumando recuerdos en este bar.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La música siempre sonó